Friday, January 13, 2012

Galería de impasibles

Por Ayoze García

El cine de Aki Kaurismäki, y de otros antes que él, plantea que la expresividad en los actores está sobrevalorada. Hagamos pues un repaso a nuestras películas favoritas de esas en las que nadie mueve ni una ceja, o dicho en términos pomposos, "un análisis de la inexpresividad actoral como herramienta cinematográfica".

1. Las comedias mudas de Buster Keaton. Le llamaban "la gran cara de piedra", siempre circunspecto en medio de los mayores catástrofes, pero hoy día nos reímos con él, no de él, y toca reconocer su genialidad.



La ley de la hospitalidad (1923)

2. Ciencia ficción y cine fantástico. Aún dejando a un lado a los zombies, que también tienen lo suyo aunque a un servidor le resultan bastante cansinos, en varias películas de este género encontramos a personajes cuya carencia de expresividad provoca desasosiego en el espectador. Es el caso de los dobles con que los extraterrestres sustituyen a los humanos en Llegó del más allá (Jack Arnold, 1953) o La invasión de los ladrones de cuerpos (Don Siegel, 1956). Y también hay que destacar la interpretación de Laurence Harvey en El mensajero del miedo de John Frankenheimer, haciendo de soldado al que lavan el cerebro. Ah, y el de abajo es su careto normal, así que imaginen el que pondrá cuando se convierte en una máquina de matar.



El mensajero del miedo (1962)

3. Robert Bresson. Al gran director francés, tan dado a la austeridad, le sobraban hasta los gestos de los actores. Y recordemos las palabras de la chica protagonista de Al azar Baltasar: "No tengo corazón, ternura ni sentimientos, tus palabras no me afectan". Viendo a su familia, debe de ser algo genético.



Al azar Baltasar (1966)

4. El silencio de un hombre. Alain Delon es un asesino a sueldo en este clásico de Jean-Pierre Melville, y no sólo está callado la mayor parte del tiempo, sino que su rostro es un auténtico enigma.



El silencio de un hombre (1967)

5. Corazón de cristal. Werner Herzog siempre tiene que ir más allá, y en busca de crear una atmósfera de absoluta desolación se dice que hipnotizó para esta película a buena parte del reparto. Yo me lo creo.



Corazón de cristal (1976)

6. Jim Jarmusch. Ella: "¿Por qué siempre tienes una cara tan triste? Eres infeliz?". Él: "Soy muy feliz. Así es mi cara, eso es todo".



El tren del misterio (1989)

7. Aki Kaurismäki. Así llegamos al gran maestro moderno de la inexpresividad. En el universo Kaurismäki, la carcajada no existe, y las sonrisas están reservadas para momentos verdaderamente especiales, no se vayan a agotar las existencias. Bendito sea.



La chica de la fábrica de cerillas (1990)

En la edición #52 de La Linterna Mágica hicimos un monográfico sobre Aki Kaurismäki, aprovechando el estreno de su nueva película Le Havre

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